jueves, 5 de junio de 2008

Masa Critica

La Masa Crítica es una celebración ciclista que tiene lugar todos los meses en muchas ciudades del mundo. Los lemas más comunes en el mundo aglosajón son (en su versión inglesa, obviamente) "Usa la bici a diario, celébralo una vez al mes", o "no bloqueamos el tráfico, somos el tráfico". En España, se pueden escuchar consignas como "No contamina ni gasta gasolina", "Yo pedaleo y no me cabreo", "Cuido mi planeta yendo en bicicleta". Además de ciclistas puede haber patinadores. La finalidad es reivindicar una mayor presencia de las bicicletas en las ciudades, para reducir las molestias que causa el tráfico motorizado (ruido, contaminación, atascos, inseguridad).

Origen del término

El término masa crítica fue acuñado por George Bliss (diseñador estadounidense de vehículos de tracción humana). Denominó así al fenómeno observado en China. En los cruces sin semáforos, los ciclistas se van acumulando hasta llegar a un número tal que les permita cruzar sin riesgo. Esta descripción fue dada a conocer en el documental "Return of the Scorcher" (1992) del director y ciclista Ted White

Las primeras celebraciones tuvieron lugar en San Francisco en 1992. En origen se llamaron "Commute Clot", pero enseguida se cambió el nombre al de Masa Crítica. El término está relacionado con teorías sociales que dicen que una revolución social es factible cuando se demuestra una cierta cantidad (una "masa crítica") de apoyo popular.

Historia del movimiento

Las primeras masas críticas de San Francisco fueron de 58 personas, pero en menos de un año ya eran unos 500.

Después se fue extendiendo el movimiento por el resto de los Estados Unidos y por el resto del mundo.

En mayo del 2004 la Masa Crítica de Nueva York coincidió con la convención del Partido Republicano. Hubo altercados entre la policía y los participantes y varios ciclistas fueron arrestados. Se han pronunciado diversas opiniones sobre si se debe solicitar permiso a las autoridades como en el caso de una manifestación, pero en general el consenso es que no es conveniente que se haga, pues el tráfico de bicicletas debe considerarse algo tan normal como el de vehículos a motor.